Derretir el chocolate en un bol en el microondas o a baño maría de a poco hasta llegar a la temperatura que esté indicada en la curva de templado del paquete del chocolate. En mi caso, 45ºC. Lo ideal es utilizar un termómetro de cocina para ir controlando la temperatura del chocolate.
Volcar el chocolate sobre la mesada limpia para enfriarlo. Moverlo con la ayuda de espátulas. Dejar un poco de chocolate tibio en el bol.
Nuevamente controlar la temperatura con un termómetro siguiendo las indicaciones de la curva de templado del paquete del chocolate. En mi caso debiera bajar la temperatura hasta los 27ºC
Volver a colocar el chocolate en el bol y medir que esté en la temperatura de uso. En mi caso entre 29º y 30ºC. Si está unos grados más caliente, volver a volcar un poco del chocolate sobre la mesada para enfriarlo y volver a colocarlo en bol.
Preparar los moldes con forma de conejito. Colocarlos sobre unos trapos para que queden planos y no se muevan, así son más fáciles de rellenar.
Rellenar los moldes con el chocolate templado. Vibrarlos. Dejarlo unos segundos para que se pegue bien el chocolate al molde.
Vaciar el chocolate de los moldes en el bol para que quede solo una capita de chocolate en el molde.
Reservar unos minutos.
Si hiciera falta engrosar un poco los bordes con chocolate, con ayuda de una espátula.
Reservar hasta que el chocolate solidifique. El tiempo va a depender de la temperatura ambiente.
Llevar el molde 5 minutos al freezer para que sea más fácil de desmoldarlo.
Desmoldar el chocolate con mucho cuidado.
Colocar el dulce de leche frío en una manga con un pico redondo.
Rellenar las dos mitades del conejito con dulce de leche. Es importante que no se sobresalga el dulce de leche porque sino no se va a poder cerrar el conejito.
Colocar un poco de chocolate derretido en el borde de una de las mitades del conejito para pegar los dos lados del conejo.
Cerrar las dos mitades del conejito.